Por Laura Cerdán, psicóloga clínica y psicopedagoga
Los estilos de crianza evolucionan y cambian en cada generación. Pero la actual pandemia y sus consecuencias en la vida de los ciudadanos ha producido cambios importantes en cómo se plantean los jóvenes el reto de la maternidad y paternidad.
Recientemente, “The Parenting Index”, estudio encargado por Nestlé, ponía de manifiesto cómo ha cambiado la percepción que padres y madres tienen de la experiencia de crianza. Vivimos en una sociedad conectada las 24 horas del día, sobreestimulada y sobreinformada que está experimentando una profunda crisis sanitaria, económica y social como consecuencia de la pandemia.

Laura Cerdán Rubio
Colegiada número 14063
Psicóloga clínica y psicopedagoga.
Algunos de los aspectos que, según este estudio, se valoran como facilitadores de crianza son, entre otros, el nivel económico y la estabilidad laboral. Este aspecto parece haber cambiado poco respecto a las últimas décadas. Tener un nivel de ingresos que permita afrontar los costes de la llegada de un bebé, así como tener un trabajo estable, influyen directamente en la decisión de tener hijos. Sin embargo, la actual situación de pandemia y la pérdida de numerosos empleos también influyen actualmente en esa decisión. El hecho de que muchos de los trabajaos que se han perdido pertenezcan a sectores que han funcionado muy bien en España durante los últimos años, como la hostelería y el turismo, ha acrecentado la sensación de incertidumbre respecto al mundo laboral.
La pandemia cambia el enfoque de la crianza
¿Es fácil tener hijos hoy en día?
Directamente relacionado con esto, están las políticas en materia laboral y social llevadas a cabo en el país para solventar esas pérdidas. Si las medidas al respecto se consideran insuficientes, los jóvenes se mostrarán más reticentes a plantearse una futura paternidad/maternidad. Si además tenemos en cuenta que los últimos estudios demuestran que las mujeres siguen siendo las más afectadas en la crisis económica causada por el COVID-19, nos encontramos de nuevo con un retraso en la edad de maternidad. Actualmente, ésta se sitúa por encima de los 32 años según el Instituto Nacional de Estadística.
A favor de tener hijos encontramos el hecho de llevar a cabo una crianza compartida. Actualmente, los padres están más implicados en la crianza de sus hijos, involucrándose en tareas como cambiar pañales, llevar al cole, ayudar a hacer deberes, etc. Este cambio de enfoque de la crianza favorece que la responsabilidad de criar y educar recaiga en ambos progenitores por igual. Si, además, los padres tienen un entorno de apoyo y ayuda, la crianza les parecerá más fácil y les aportará seguridad. La importancia de tener redes de apoyo es vital para tener una sensación de acompañamiento en la crianza de los hijos.
Hoy en día, el patrón de familia ya no sólo es el clásico, sino que hay muchos tipos de familia y a esa red de apoyo se pueden añadir personas como vecinos o amistades. En algunas comunidades, la ayuda entre los vecinos es una realidad social que permite a determinadas familias con escasas fuentes de apoyo, prolongar sus redes sociales más allá del entorno familiar y encontrar el apoyo que necesitan en su entorno más próximo.
Como aspectos en contra de tener hijos, los padres y las madres se encuentran actualmente con una fuerte presión por parte del entorno. Y no solo en lo que se refiere a la edad de tener hijos, pues como decía, ésta se ha retrasado. Sino que, en la sociedad actual donde todo el mundo está hiperconectado y sobreinformado, el entorno de los progenitores está lleno de personas que opinan y aconsejan, en ocasiones, sin el conocimiento adecuado. Estas valoraciones y juicios ejercen una presión añadida sobre los padres y las madres creando en ellos la falsa idea de que deben ser perfectos y llegar a todo.
Antiguamente, se confiaba exclusivamente en las abuelas y en los pediatras para los aspectos relacionados con la crianza y la educación de los hijos. Sin embargo, actualmente, padres y madres recurren a otros manuales, blogs, redes sociales, etc., cuyo autor no siempre tiene la formación adecuada. El actual auge de las influencers también afecta padres y madres, sobre todo madres. Las influencers tienen una clara influencia sobre sus seguidores, pero sobre todo muchas de ellas ofrecen una idea de maternidad perfecta que puede frustrar a sus seguidores.
Juntamente con estos aspectos, es muy importante la percepción de control que los jóvenes tengan de la situación, del entorno y de sí mismos. La pandemia ha acrecentado la sensación de incertidumbre y de falta de control de nuestras propias vidas.
La combinación de todos esos factores será lo que haga que el futuro padre y la futura madre vean la crianza como algo más o menos difícil en los próximos años.
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