Virtualidad, sexualidad, violencia: niñ@s y adolescentes ante el abismo suicida

Reflexió i pràctica

Adicciones sin sustancia y sus consecuencias psíquicas 

En los dos últimos años nos han llegado a través de la Revista INFOCOP un gran número de trabajos publicados por equipos de investigadores expertos en salud mental. La temática que aparece con más frecuencia es la situación de alto riesgo en que se encuentra la generación nacida en el S.XXI: niñ@s, adolescentes y jóvenes. 

El riesgo va aumentando y el daño psíquico ocasionado es cada vez más evidente. La causa del “mal” se atribuye -mejor dicho, se correlaciona- con el uso constante, cotidiano, irrenunciable, de los dispositivos móviles y de las redes sociales. Efectivamente, gran parte del tiempo de la vida diaria de la población infantil y adolescente se encuentra “okupado” (invadido) por la realidad virtual, una realidad muy atractiva y poderosa, la cual está: 

  •  desplazando paulatinamente la inserción de estos jóvenes y niños en la realidad presencial; 
  • dificultando, por tanto, una interacción saludable con sus familiares y amigos más cercanos; 
  • sustituyendo la conexión con su propio mundo interno, lo más íntimo y singular de cada persona; 
  • E induciéndoles a permanecer en un estado similar al “hipnótico”, donde se encuentran abducidos por las modas, las tendencias y valores imperantes a través de l@s influencers de turno. 

Ignacio Morgado, catedrático de psicobiólogía y neurocientífico, decía (El País 8/8/21) que la tecnología domestica nuestro cerebro, porque nos hace más tontos y sin embargo viajamos a la luna. A su vez, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han (El País, 10/09/21) considera que los smartphones se han convertido en una herramienta de subyugación digital, y los considera como el “oso de peluche digital”. 

La constante manipulación de dispositivos tecnológicos ha convertido la realidad virtual en una plataforma imprescindible donde se encuentran vivencias sensoriales intensas; y todo ello está influyendo el funcionamiento psíquico y mental, el desarrollo madurativo, las prioridades vitales, de manera que la “otra” realidad -no virtual- ha llegado a convertirse en un lugar incómodo para vivir y compartir con los demás. 

Las consecuencias psicológicas que se producen en niñ@s y jóvenes son muy variadas. Entre ellas podemos destacar:  

  • la fascinación “acrítica” de las escenas y mensajes recibidos, en especial los que contienen situaciones eróticas y violentas,  
  • la imposibilidad de comprensión/elaboración de dichos mensajes/escenas, 
  • todo lo cual les promueve una singular alienación subjetiva, quedando como en un estado de “borrado del sujeto”. 

La sexualidad ha dejado de ser un asunto íntimo/ privado 

El psicólogo experto en psicología clínica, Alejandro Villena alerta de que niños y niñas buscan autoestima sexualizando su cuerpo en TikTok para conseguir “likes” (El Mundo, 12/10/21), y confirma que se empieza a ver pornografía entre los 9 y los 11 años.  Cada vez está más generalizada la exhibición no sólo de sus cuerpos sino también de escenas sexuales, autoeróticas y/o sado-masoquistas. 

Nos encontramos también con que la explotación sexual de niñ@s y adolescentes -que no es en absoluto un fenómeno nuevo- ha empezado a preocupar a las administraciones públicas. En varios estudios se está demostrando que dicha práctica perversa se halla estrechamente relacionada con el uso generalizado de dispositivos móviles y redes sociales. A tal efecto se ha realizado una Guía para la actuación ante casos de explotación sexual en la infancia y adolescencia que se puede encontrar a través de este enlace: http://www.infocop.es/pdf/Guia_ESIA.pdf

Como vemos, las estrategias didácticas para la prevención y educación frente a la violencia sexual se están poniéndo en marcha, pero, sin embargo, por otro lado, tanto los medios de comunicación como la publicidad y las producciones cinematográficas han incorporado masivamente la sobre-erotización de las niñas y los escenarios sexuales con niños, en los que se les utiliza como reclamo de seducción para adultos. En esta situación tan problemática como generalizada, aparece la denominada “nueva pornografía”, cuya característica principal es la de ser de acceso fácil y gratuito desde los dispositivos móviles a cualquier edad.  

El abismo suicida: una nueva pandemia 

Hemos de reconocer que están proliferando las investigaciones psico-sociales sobre esta grave problemática, lo cual puede llegar a saturarnos con informes llenos de cifras, porcentajes, estadísticas, tablas que correlacionan los datos. Así mismo, también nos llega toda suerte de recomendaciones para frenar el aumento imparable de trastornos emocionales en las generaciones más jóvenes, en formato de guías, decálogos, manuales, estrategias protocolizadas, programas educativos, campañas de prevención. Sin embargo, las autolesiones, la ideación suicida y el suicidio consumado entre los más jóvenes no para de crecer, en especial entre las jóvenes que han sufrido abusos sexuales en la infancia, las adolescentes que han padecido violación grupal, los chicos que son objeto de un cruel acoso en redes sociales, l@s hij@s víctimas de la violencia parental, etc.  

Algunos estudios sobre este tema: 

Ideación suicida 
https://www.infocop.es/view_article.asp?id=15322

Incremento de suicidio en jóvenes 
https://www.infocop.es/view_article.asp?id=15058

El retorno de la banalidad del mal 

A casi cien años de la publicación de “El malestar en la cultura” (S. Freud, 1930), la situación actual tiene muy poco que ver con la de entonces. La velocidad y profundidad de las transformaciones sociales dificultan la elaboración de la pérdida de los referentes que parecían estables hasta entonces. Se dice que no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época. Puede que la magnitud de las turbulencias que afectan directamente nuestras vidas esté provocando una banalización de las conductas sexuales y violentas; y, a su vez, una cierta trivialización de las graves consecuencias psíquicas que ocasionan en los más vulnerables, niñ@s y jóvenes de ambos sexos. A esto se añade que la distancia entre generaciones se ha ido ampliando, hasta el punto de que cada vez se comparten menos ideales, valores y estilos de vida.  En todo caso, la violencia en sus variadas manifestaciones -sexual, agresiva, destructiva, sexista, familiar, institucional, etc.- se ha instalado en nuestro “hábitat” mental y doméstico, como un telón de fondo cotidiano. 

A modo de conclusión: Los profesionales de la psicología clínica y del psicoanálisis estamos muy atentos a los efectos sintomáticos que se desencadenan en niñ@s y jóvenes, por el uso indiscriminado de las tecnologías de la información. Su “fuerza de arrastre” -es decir, la capacidad de intromisión y manipulación de las TIC en sus vidas- los puede llevar a una “pseudo-vida” en las realidades virtuales, inverosímiles y seductoras, que son siempre tan golosas para las mentes inmaduras; mucho más cuando se han restringido sus actividades lúdicas y sociales durante la pandemia. Pareciera como si los desarrollos tecnológicos estén dando lugar a una suerte de “progreso retrógrado”; efectivamente, la realidad virtual no ofrece el “holding” que necesitan para su estabilidad emocional, y en lugar de propiciar su desarrollo hacia la salud mental, sucede todo lo contrario, pues se está poniendo en riesgo la integración y consolidación de su subjetividad.  

Un efecto positivo: la salud mental ya no está tan marginada socialmente, y por primera vez en décadas comienza a ocupar también la atención -y los presupuestos- de los agentes políticos.  Confiemos que esta situación sea abordada y atendida con la amplitud y profundidad que requiere. 

Regina Bayo-Borràs, col. 1547
Psicóloga Clínica – Psicoterapeuta psicoanalítica acreditada 
Presidenta Comisión de Psicoanálisis
Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya 

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2 respostes a «Virtualidad, sexualidad, violencia: niñ@s y adolescentes ante el abismo suicida»

  1. Cristina Domingo Gomez

    Gracias ppr la informacion
    Es preocupante

  2. Que está pasando con los padre? Que los “distrae” de esta realidad, la preocupacion por sus hijos y su futuro lo han delgado o es que temen que si los educan de “otra forma” no van alcanzar las cuotas de éxito que se asocia con la exigida ‘felicidad”…..

Respon a Cristina Domingo GomezCancel·la les respostes

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